El sexo esconde siempre entresijos complicados, y los viejos
trucos que todas creíamos infalibles pueden volverse en nuestra contra. A
veces, lo que teníamos por éxito asegurado puede resultar de lo menos
excitante, y algunas prácticas poco seguras pueden convertirse en grandes
errores que no olvidaremos en la vida.
No existe una norma general en temas de sexo. Incluso tus
mejores peripecias en la cama pueden fallar si el receptor de tus trucos no es
el adecuado. Lo que a un hombre le vuelve loco, a otro le puede dejar como un
témpano de hielo.
Igual que no hay una fórmula mágica para convertirte en toda
una experta bajo las sábanas, no debes olvidarte nunca de ti misma. Todas
queremos gustar y complacer a nuestra pareja en la cama, pero poniendo en
peligro nuestra salud solo conseguiremos no disfrutar de la experiencia del
sexo al 100%. Antes de ponerte a practicar el kamasutra de la A a la Z, te contamos
algunos de los errores más comunes que cometemos en la cama y las razones para
no volver a repetirlos.
1. Cuidado con los dientes
Los dientes son un arma de doble filo, y nunca mejor dicho.
Los susurros acompañados de leves mordisqueos pueden ser muy sexys siempre que
se sepa qué sitios pueden ser mordidos. Cuidado con las zonas especialmente
sensibles. Imagina que eres tú la mordisqueada; hay sitios que preferirías que
fueran tratados con más cariño.
2. Practica siempre sexo seguro
Puede que alguna vez te hayas encontrado con el típico chico
que se niega a ponerse condón. Si alguna vez te pasa, es momento de vestirse y
salir corriendo. Si él quiere estar expuesto a cualquier tipo de enfermedad de
transmisión sexual es su problema, pero tú no tienes por qué aceptarlo.
Por supuesto, si tienes una pareja estable y habéis decidido
utilizar otro tipo de método anticonceptivo, podéis evitar el uso del condón,
aunque eso no necesariamente te libra de contraer alguna enfermedad de
transmisión sexual que desarrolle sus síntomas a largo plazo, como es el caso
del virus del papiloma humano o VPH. Para prevenir esta infección, la forma más
eficaz hoy en día es vacunarse y hacerse revisiones médicas de forma periódica.
Y no te olvides, ¡la información es poder!
3. Usa bien tus manos
Ojo también con las manos. Aunque hayas visto que tu chico
disfruta dándose placer a sí mismo, debes saber que el pene es un miembro muy
sensible, y demasiada presión puede generar más dolor que placer.
Jugar con el miembro viril como si estuvieses moldeando un
cántaro de barro no es la mejor opción. Hay que saber hasta dónde se puede
llegar, ya que el pene, como cualquier otra parte del cuerpo, también puede
salir lesionado.
4. Conversaciones calientes
Hablar con naturalidad del sexo que se va a tener es siempre
una buena opción para calentar el ambiente. Incluso las palabras obscenas
pueden crear un entorno favorable. Pero hay que conocer al receptor de nuestras
palabras.
No a todos los hombres les gusta tener conversaciones
subiditas de tono antes y durante el sexo. Algunos prefieren directamente pasar
a la acción y dejar para otro momento la conversación. Hay hombres que se
encuentran incómodos con conversaciones de este tipo. Se sienten agobiados al
pensar qué es lo que dirás a continuación o qué deberían decir ellos en esa
situación.
5. Ojo con la zona de la próstata
Aunque es cierto que por lo general un chico puede obtener
mucho placer a través de su próstata, no siempre les agrada la idea de que
exploren esa parte de su cuerpo. Antes de intentar jugar con ese tipo de
movimientos manuales, pregúntale siempre a él. Y no olvides usar lubricante una
vez te hayan dado el OK.
6. Sobre sus pezones
Una de las pocas cosas que tenemos en común en cuanto a
fisionomía con connotaciones sexuales los hombres y las mujeres son los
pezones. A muchas de nosotras nos encanta que dediquen un rato a ellos, pero
devolverles el favor no es siempre la mejor opción, pues encuentran esa parte
de su cuerpo excesivamente sensible.
De cualquier forma, no todos los hombres tienen los mismos
puntos erógenos, y algunos sienten más que otros, pero por lo general los
pezones masculinos no están en el top ten del ranking del placer.
7. No te tomes a la ligera el sexo oral
Igual que es importante practicar sexo seguro cuando se
tienen relaciones esporádicas o se han tenido en el pasado, el sexo oral
tampoco debemos tomárnoslo a la ligera. Pese a que no exista riesgo de embarazo
a través del sexo oral, sí que podemos contraer alguna enfermedad de
transmisión sexual con esta práctica, como sífilis, gonorrea o virus del
papiloma humano (VPH).
Por supuesto, eso no significa que tengas que dejar de practicarlo,
sino que debes ser precavida a la hora de hacerlo, y utilizar preservativo
cuando se trate de una relación esporádica (existen algunos específicos para el
sexo oral), y mantener unos hábitos de higiene básicos cuando se trate de una
relación estable.
8. Gemidos los justos
Los gemidos, por lo general, suelen volver locos a los
chicos, pero a algunos más que a otros. Hay hombres que prefieren ruidos
contenidos, y hay otros cuyo nivel de placer aumenta con los gritos. Pero con
lo que todos coinciden es con lo de fingir: si finges, todo se habrá ido al
garete. Recuerda: no hay necesidad de dar un espectáculo. Se trata de disfrutar
y de transmitir sensaciones verdaderas.
9. Lenguaje de bebé
Una de las cosas más absurdas que se pueden hacer en la cama
es hablar como una niña de dos años y medio. Si eres de las que te diriges a tu
pareja como un bebé y mantienes un lenguaje totalmente infantil, tienes que
dejar de hacerlo. De lo contrario, es posible hasta que acabes con su erección.
10. Los testículos también son sensibles
Hay vida más allá del pene, pero eso no significa que debas
extra limitarte con sus dos vecinos más cercanos. A muchos hombres les gusta
que dediquen tiempo a sus testículos, pero otros prefieren tener las atenciones
justas en esa zona.
Como todo, la clave está en conocer los gustos de tu pareja,
y saber hasta dónde puedes llegar para que el juego siga siendo placentero.
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