sábado, 1 de agosto de 2015

¿De qué hablan las mujeres? Confesiones de mujeres de 30

¿De qué hablan las mujeres? Confesiones de mujeres de 30

¿De qué hablan los hombres? De fútbol y mujeres. Algunos, de cine y videojuegos. Otros, de nada. Recuerdo un día que llegué a casa y me encontré a mi novio y a su mejor amigo en silencio. Di por supuesto que estaban enfadados. Pero no, "no tenían nada que contar". No lo entiendo.

¿De qué hablamos las mujeres? De todo. También de fútbol y mujeres. El asunto es hablar. Hablar sin saber, hablar sabiendo, opinar, prever, analizar, criticar, hablar unas por encima de las otras, hablar más alto para que nos oigan. "He quedado con mis amigas, ¿te vienes?" E aquí el anti-plan de un hombre.

Mari Pili y Rosa son mis amigas de la hora del cafecito. Tres treintañeras que nos juntamos desde hace años para la sobremesa. Pero hasta ayer nunca había analizado la situación desde fuera.
Resulta que fui al teatro, y no por casualidad. El Teatro Nuevo Alcalá de Madrid ha rescatado una obra maestra: 'Confesiones de mujeres de 30'. Y entonces nos vi reflejadas. Tres mujeres hablando sin tapujos (y sin parar) de todo. Porque lo importante no es lo que decimos, sino cómo lo decimos. Y a eso no nos iguala nadie.

Tres mujeres, muchos temas

Amor, desamor, sexo, falta de sexo... arrugas, culos gordos, brazos flácidos, pechos pequeños. Y hombres, esos hombres que nos dan la vida al mismo tiempo que nos la quitan. Las conversaciones son diferentes a los veinte que a los cuarenta, eso está claro. Pero, ¿y a los treinta? ¿De qué hablamos las treinteañeras?

Dicen que la treintena es la mejor etapa de la mujer. Se dice que 'saben lo que quieren', que 'alcanzan la madurez sexual', que 'aún se mantienen (algunas)'... Pero no es tan fácil como parece, tenemos la maldita presión social. Ésa que dice que o encuentras el amor ahora, o nunca. Que o tienes un hijo ahora, o nunca. Que o triunfas profesionalmente ahora, o nunca. Pues mira, ¡nunca!

Como mujer de treinta (o treinta y pico, ¿qué pasa?), voy a confesar algo: tienen razón.Hablamos mucho. Hablamos de todo. La mayoría de las veces, hablamos sin pensar. Pero otra cosa te digo: no hay situación más divertida que una buena reunión de mujeres. ¿Te animas?

Por otro lado

Hablamos de los hombres, cómo son, qué piensan, lo mal que se han comportado con nuestras amigas… hablamos de ropa, de las nuevas fragancias, de los estudios de los hijos, de nuestros padres…

Hablamos de todas las cosas porque poseemos una gran capacidad de hablar y pensar a la vez pero sin mentirnos a nosotras mismas.

Hablamos de hombres, de sus infidelidades, de lo que tenemos que soportar todo el tiempo. Luego volvemos a retomar el tema de las dietas, de las cosas cotidianas para después volver a la carga y darle con los hombres otra vez.

Siempre es lo mismo, nos juntamos o hablamos para que alguién nos diga si estamos haciendo bien o mal, que nuestra relaciones para donde van, de las infidelidades de nuestros esposos.
Pero cabe mencionar que de estas conversaciones sale algo bueno.
Ya hablamos de nuestros problemas de nuestros proyectos de vida, de todo lo que está pasando en el mundo, y ya no somos la típica mujer que sólo hablaba de los hijos… Hoy nuestros horizontes son más grandes, ya tenemos ganas de hablar de estudios, de avanzar en la vida, y eso es muy bueno.

Ya estamos tomando conciencia que no somos cualquier cosa, somos mujeres maravillosas, madres maravillosas, profesionales reconocidas en nuestros medios, y estoy muy orgullosa.

Hoy me preguntaba de qué les hablaría, y me dije “¡hablaré de lo que conversamos las mujeres cuando nos juntamos o hablamos por teléfono!”.

Y quedo yo misma sorprendida de lo grande que es nuestro universo, de las mil cosas que tenemos para hablar aún cuando el centro de la mesa sean los hombres. Creo que vamos avanzando y estamos en otra era.
Nos preocupamos de nuestra salud, eso es muy importante, y sobretodo que estamos felices de ser mujeres que podemos hacer mil cosas a la vez y los hombres en forma escasa hacen una o dos cosas y se complican mucho la vida, ni qué hablar cuando se enferman.

Es lindo ser mujeres y que tengamos tanto de que hablar, ¿verdad?

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